¿Qué es la custodia compartida y qué implica?

La custodia compartida implica que ambos progenitores asumen conjuntamente la responsabilidad legal y diaria de los hijos, distribuyendo tiempos de convivencia y decisiones sobre educación, salud y bienestar. No se trata simplemente de alternar fines de semana, sino de garantizar una coparentalidad real en interés del niño.

Diferencias con la custodia exclusiva

En un sistema de custodia exclusiva, el progenitor custodio convive habitualmente con los hijos y disfruta de su compañía en el día a día. Por su parte, el progenitor no custodio mantiene un régimen de visitas y comunicación establecido judicialmente, que le permite relacionarse con los menores, aunque no participe en su rutina diaria.

Es importante no confundir la custodia con la patria potestad. La patria potestad hace referencia al conjunto de derechos y deberes que tienen ambos progenitores en relación con las decisiones fundamentales sobre la vida de sus hijos, como la educación, la elección del centro escolar o la asistencia sanitaria. Salvo casos excepcionales, la patria potestad es ejercida conjuntamente por ambos, independientemente del tipo de custodia.

Beneficios reconocidos por la ley y los jueces

El Tribunal Supremo ha declarado que la custodia compartida es el régimen “más deseable” en la mayoría de los casos. Ofrece estabilidad emocional a los hijos, fomenta relaciones familiares equilibradas y reduce tensiones entre los progenitores.

Los juzgados valoran también que la implicación compartida fortalece el desarrollo del niño y garantiza equidad entre los progenitores. En muchas ocasiones, este modelo permite una mejor adaptación tras el divorcio. Además, la custodia compartida permite preservar la vinculación afectiva y la responsabilidad de ambos padres.

Convenio para la custodia compartida

¿Es la custodia compartida el régimen preferente en España?

Qué dice la ley tras la reforma del Código Civil

La reforma del Código Civil estableció que la custodia compartida es la opción preferente en los procesos de divorcio, siempre que sea beneficiosa para los hijos. Lo más importante para los tribunales es garantizar el bienestar del niño, por encima de cualquier otro interés. Esto significa que los jueces priorizan que ambos padres sigan participando activamente en la vida del menor, siempre que el entorno familiar lo permite y no haya factores que lo desaconsejen.

La importancia del interés del niño

El juez evaluará si mantener una convivencia continua con ambos padres favorece el bienestar emocional y social de los hijos, considerándolo fundamental en cualquier decisión judicial. Se valoran factores como la edad, la estabilidad emocional, la relación previa con cada progenitor y el entorno habitual del niño. En cualquier caso, la custodia compartida se analiza siempre en relación con el contexto familiar.

¿Por qué puede denegarse la custodia compartida?

La jurisprudencia recoge situaciones en las que la falta de colaboración entre progenitores, el conflicto crónico o la manipulación parental pueden ser motivos de denegación. Los tribunales buscan preservar un entorno estable y protector para los hijos. En todo caso, cuando se niega una custodia compartida, debe quedar motivado con claridad en la resolución.

Algunos supuestos recurrentes incluyen:

  • Violencia de género o doméstica: La ley prohíbe la custodia compartida si hay proceso penal por violencia.
  • Falta de disposición previa: Un progenitor que ha estado ausente en su crianza se considera con menos capacidad para compartir custodia.
  • Niños lactantes o muy pequeños: La edad temprana puede justificar custodia monoparental.
  • Distancia excesiva entre domicilios, que dificultaría la rutina del niño.
  • Desorden laboral o personal, adicciones, enfermedades mentales graves o un entorno inestable.
  • Mala convivencia de los progenitores, con hostilidades extremas que afecten a la estabilidad del niño.

¿Puede un juez imponer la custodia compartida, aunque uno de los padres no la quiera?

. El juez puede imponerla si considera que está en el interés del niño, incluso si uno de los progenitores se opone. No obstante, un desacuerdo inicial se valora con prudencia: debe demostrarse que la custodia conjunta es viable y beneficiosa.

La jurisprudencia ha señalado que la negativa infundada de un progenitor no puede ser el único obstáculo para su aplicación. El juez valorará si esa negativa responde a una estrategia procesal o a una verdadera incapacidad para asumir la corresponsabilidad.

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Cómo demostrar que la custodia compartida no es adecuada

Qué pruebas valora un juez en estos casos

Para determinar si la custodia compartida es apropiada en cada caso concreto, los jueces evalúan una serie de pruebas y elementos que permiten conocer la realidad familiar de forma objetiva. El objetivo es verificar si ambos progenitores están en condiciones de asumir, en igualdad de condiciones, las responsabilidades parentales tras el divorcio. Estas son algunas de las evidencias más utilizadas:

Informes psicosociales: elaborados por equipos técnicos del juzgado, analizan la relación entre padres e hijos, el entorno familiar y la capacidad de cada progenitor para hacerse cargo de los hijos de forma equilibrada.

Antecedentes penales o informes sanitarios: cualquier historial de violencia, problemas de adicción o enfermedades mentales que afecten a la estabilidad del entorno familiar pueden ser clave para desaconsejar la custodia compartida.

Implicación en la crianza antes del divorcio: se valoran hechos como quién llevaba al menor al colegio, acudía a las tutorías, cuidaba en momentos de enfermedad o gestionaba actividades extraescolares. Estos elementos se pueden demostrar mediante mensajes, testigos, documentación o registros escolares.

Disponibilidad real y condiciones logísticas: se estudian aspectos como los horarios laborales de los progenitores, la proximidad de sus domicilios o la flexibilidad para adaptarse a las rutinas del niño. Aportar calendarios, contratos de trabajo, mapas o acuerdos entre partes puede resultar útil.

Mala convivencia de los progenitores, con hostilidades extremas que afecten a la estabilidad del niño.

Cómo prepararte con tu abogado

Un abogado matrimonialista te ayudará a recopilar pruebas, preparar evidencias y elaborar tu convenio regulador, reforzando tu argumentación ante el tribunal. También podrá coordinar la solicitud de informes técnicos y asegurar que se expone correctamente tu situación familiar ante el juzgado.

En muchos casos, preparar bien un procedimiento judicial puede marcar la diferencia para lograr la custodia compartida.

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¿Qué hacer si te han denegado la custodia compartida?

Posibilidades de recurso

Se puede apelar la decisión judicial. El Supremo ha aclarado que debe existir un cambio real de circunstancias (nuevo domicilio, estabilidad laboral, terapias, informes negativos superados). También es posible solicitar una modificación de medidas cuando el contexto familiar haya evolucionado positivamente.

Alternativas y cómo plantearlas

Si no procede la custodia compartida, se puede modificar el régimen de visitas, solicitar supervisión, o plantear una futura custodia alternativa tras cierto tiempo, siempre con respaldo de abogados expertos y un nuevo informe psicosocial. Algunas familias también optan por regímenes mixtos o escalonados, adaptados al crecimiento del niño.

 ¿Cómo enfocar tu caso?

Trabajar con abogados especializados en derecho de familia es clave para lograr una estrategia legal sólida. No solo te ayudan a defender tus derechos, sino que también preparan el caso con argumentos jurídicos convincentes.

En Meneses Martín Abogados contamos con un equipo de expertos en derecho de familia que puede ayudarte a defender tus derechos y los de tus hijos con todas las garantías legales. Nuestro objetivo es ofrecerte soluciones claras, humanas y adaptadas a tu caso. Si estás valorando solicitar la custodia compartida o has recibido una negativa, podemos ayudarte a plantear la mejor estrategia legal posible.